domingo, 30 de octubre de 2011

Muestras y cánones

"Caro Livio:
Ayer fui a la muestra de libros del bicentenario, en el Conti. Si te soy sincero, te tengo que decir que no me gustó mucho, casi nada te diría. Qué sé yo, me pareció como muy previsible, con ediciones feas, no siempre las primeras , y con una selección demasiado condescendiente, digamos para usar una expresión que entre nosostros es muletilla, con lo dado. Para darte una idea, Livio: el lugar dela poesía argentina es, sin exagerar, alarmante. No digamos que estén Marasso poeta -tampoco, obivio, está Marasso crítico- o Nydia Lamarque -ellos no cotizan ni en las antologías-, lo que sería una exquisitez, sino que ni tan luego está, digamos, Ricardo Molinari, ni Mastronardi, ni Barbieri, nada. En fin, cosas del canon actual. Te tengo que decir también que me deprimió un poco la cosa como unitaria de la muestra, tan del Río de la Plata, tan de entre nos, con un montón de cosas de Borges o Martínez Estrada o Victoria Ocampo (autores respetables, pero sobrerepresentados), con alguna apertura hacia el litoral saeriano, que, bueno, en ese marco no se le puede lógicamente dar lugar a un texto importante como, para poner sólo un ejemplo, Mis montañas, de Joaquín V. González, o las recopilaciones de Juan Alfonso Carrizo, monumentos totales de la filología argentina. Hablando de Juan Alfonso, en general te diría que la linea nacionalista sigue estando, a juzgar por la selección, subrepresentada, sin, por ejemplo, textos capitales no sólo por su valor histórico, sino por -vos me vas a entender en esto, querido- la impronta retórica, el ethos aristotélico al que somos, tal vez por defecto profesional, tan afectos: me refiero La guera del Paraguay o a Nos los representantes, de Rosa. Y ni pensar en Las fiestas argentinas de Bruno Jacovella. No está tampoco el Cortazar que nos gusta, Augusto Raúl. De otro, del denso profeta de la clase media argentina, por supuesto hay varios ejemplares en la muestra. Quizá me equivoqué, y alguno de los que te mento esté por ahi, perdido entre los senderos y las "vías" que organizan la exposición, pero el folleto que dan es confuso, ver todos los libros expuestos es tarea densa, las ediciones en general eran, como dije, feas, y vos sabés cómo soy para esas cosas. Soy un pobre archivista que trabajo con esos materailes casi todo el tiempo, y el sábado por ahí me llama más el aire libre.
En fin, esto es lo que quería decirte, solamente esto: me preocupó un poco, te lo juro. Me pareció como muy sesgado, muy previsible, muy acotado todo. Me volví a casa pensando en que, tal vez, sea momento de finirla con los listados, con los cargosos diez libritos por maestrito de la cultura; quizá sea momento de hacer temblar el archivo, ver sus chirridos, hacerlo estallar, incluso, como en las pesadillas más fascinantes del siglo" (fragmento de un diálogo epistolar).

martes, 14 de junio de 2011

Borges. Aniversario

Homenajes a Borges en un aniversario de su muerte. Textos de ocasión, necrológicos y previsibles
Entre las notas, una en La Nación del Sábado. Piensa contrafácticamente: Que hubiera sucedido si Borges no hubiera existido. El ejercicio "a la Umberto Eco" desluce un poco todo el artículo, que demuestra una deriva pregramsciana cada vez más perceptible en su autora: la dificultad para pensar desde un punto de vista material -no importa acá el materialismo teórico, se trata de algo más básico, más constitutiv- el objeto. Este se da en este caso, como canonizado por sí mismo, como algo "bueno" o "alto" de suyo. No ve, y acá estaría lo pregramsciano, el funcionamiento material de la cultura, los mecanismos por los cuales algo, en este caso Borges, cuya obra es desigual y a menudo indigerible, se transforma no sólo en legible,sino en lo que hay-que-leer, aun cuando no necesriamnete se lea. Sigue, además, otra línea muy marcada en sus intervenciones: la de no poder sustraerese de la centralidad borgeana. Cae él, pues entonces que el lugar del ensayo lo ocupe los autores más cercanos de su radio: martínez estrada para el ensayo, Girondo (!) para la poesía, Cortázar para el cuento. ¿Qué sentido tiene borrar, como en un ejercicio matemático, la X de Borges para seguir leyendo la ecuación desde ese lugar borrado? leer esto en serie con las intervenciones "políticas" de la autora. Hay continuidad con la versión pregramsciana acerca del funcionamiento de los medios que sostuvo, por ejemplo, en 678.

sábado, 30 de abril de 2011

sabato

Hoy murió Sabato, un escritor al que seguí bastante en mi adolescencia. en esa época, 16 o 18 años, leía como un loco a tres escritores argentinos -marechal, borges y sabato (no a cortázar, que siempre me pareció afectado y que, más allá de dos o tres cuentos de su primera época, me resulta irritante). Hoy, de ellos, sigo leyendo con interés, más allá de mis obligaciones didácticas o de investigación, a marechal. los otros dos, tanto borges como sábato me parecen, fundamentalmente, más bien pertenecientes al mundo del mercado y de los medios que al de la literatura que a mí, al mens, me convoca.
Se trata, entiendo, de dos escritores medianos, con algunas páginas buenas, aunque arrasados ambos por una crítica que se empeña o bien en magnificarlos (el latiguillo la centralidad inevitable de borges, que Sarlo retoma hoy en perfil)o por destruirlos -scrtroncarli, como diría la crítica italiana. Leídos en perspectiva, se trata de dos escritores discretos, mucho menos potentes, para nombrar a autores en lengua castellana, que César Vallejo, Juan L. Ortiz o Unamuno. Con respecto a las posiciones políticas, ninguno de los llamados "grandes" escrirores llega a rozar la abyección borgeana, que con su tonito de semiidiota legitimó lo peor de la historia argentina de este siglo.
Me pregunto, pues, ¿qué es ser un buen escritor? ¿QUé valor tiene el término "bueno" en un enunciado crítico?