sábado, 7 de agosto de 2010

Cambio de nombres

Leo en el diario que se ha aprobado un proyecto para cambiar el nombre de espacios públicos que homanajeen a funcionarios de gobiernos de facto. Me planteo, seriamente, cómo afecto eso a los nombres del campo intelectual. Digo, hay en la ciudad de Buenos Aires espacios que llevan el nombre de escritores, críticos o ensayistos que, de alguna manera u otra, estuvieron relacionados con gobiernos de facto. Jorge Luis Borges, por ejemplo, celebérrimo director de la Biblioteca Nacional ungido por la Libertadora; José Luis Romero, interventor de la UBA de esa misma "revolucion", que nombró profesor en La Plata a Martínez Estrada, cuyo nombre reemplazó recientemente al de Martínez Zuviría en la Biblioteca Nacional; Leopoldo Marechal, funcionario de educación durante la gestión nacionalista iniciada en el 43 (en la que Perón, recordemos, fue ministro y vicepresidente); Enrique Banchs fue, tengo entendido, funcionario en el área de censura cinematográfica en ese mismo período; después del golpe del 55, Victoria Ocampo ocupó también algún cargo púlbico. Algo similar se plantea en el campo de la ciencia: el premio nobel B. Houssay fue el primer director del CONICET, creado por el gobierno de facto en el 55.
En fin, la cuestión es bastante compleja, mucho más que el cambio de un par de nombres más o menos ignotos de algún comandante de brigada o de cualquier brigadier.